Durante los meses más fríos del año, los colibríes enfrentan uno de sus mayores desafíos: la escasez de flores que les provean del néctar necesario para mantener su altísimo nivel de energía. Ante esta situación, el aporte de los hogares y jardines se convierte en una herramienta clave para garantizar su supervivencia.
Los especialistas en aves recomiendan preparar un néctar casero que imite de manera segura el alimento natural de estas pequeñas aves. La fórmula es sencilla: cuatro partes de agua por una de azúcar blanca común. La mezcla debe hervirse durante unos minutos para asegurar su pureza, dejarse enfriar y luego colocarse en los bebederos específicos para colibríes.
El invierno es, justamente, la época en la que más necesitan esta ayuda. Al no contar con abundancia de flores, estas aves dependen en gran medida de los aportes artificiales. Además, los expertos sugieren no utilizar miel, endulzantes artificiales ni azúcar morena, ya que pueden resultar dañinos para su salud.
Mantener el bebedero limpio también es esencial. La recomendación es lavarlo con agua caliente cada dos o tres días para evitar la formación de hongos o bacterias que pongan en riesgo a los colibríes.
Ofrecer néctar durante el invierno no solo significa un gesto de cuidado hacia estas aves, sino también una manera de preservar la biodiversidad en los entornos urbanos y rurales. Un pequeño esfuerzo que puede marcar la diferencia en la vida de una de las especies más fascinantes del continente.